Mi perro amigo. Rafaél Farina.
http://www.20minutos.es/noticia/155041/0/mujer/asesina/perro/
Es una salvajada abandonar, maltratar o asesinar a los animales, como volvemos a ver estos días que está ocurriendo.
Tenemos que preocuparnos del bienestar de los animales y tenemos que denunciar, indignarnos y manifestarnos contra esos otros mal llamados “animales” que los apalean, maltratan y asesinan y que deberían cumplir condena de cárcel por “cerdos” (otro “sustantivo adjetivado” desafortunado). Pero no hemos descubierto la pólvora.
Observemos (salvando todas las “distancias” y con todas las prevenciones habidas y por haber) la letra de esta copla de los años 50 (del siglo XX) de los maestros Salazar, Gómez y Pitto, interpretada por el conocido cantaor flamenco salmantino Rafael Farina (que tanto le gustaba a mi padre, q.e.p.d.) y que se titula “Mi perro amigo”.
Y que conste que a mí no me gusta el flamenco (lo siento, aunque tampoco tengo nada en contra) y que me gustan más los gatos (aunque no tiene nada que ver para que defienda a todos los seres vivos).
Dedicado a los perros de Alboraya y Aguiño, a los caballos de Roca y a tantos miles, millones de animales maltratados y asesinados por el “hombre”.
Mi perrito Lucero, fue mi alegría
El mejor compañero, que yo tenía.
A la escuela a mi niño, acompañaba
Y con cuanto cariño, con el jugaba.
Pero una noche él solito
En defensa de mi hogar
En la mano de un maldito,
Ya no pudo más ladrar.
No siento los dineros que me robaron
Sino al pobre Lucero, que me mataron.
A pesar del tormento de su agonía
Su rabito contento aún se movía.
Alma de tirano, corazón de hierro.
Maldita sea la mano, que mata a un perro.
Maldita sea la mano, que mata a un perro.
En penar y contento, siempre testigo
Gozó en todo momento, sintió conmigo.
Fue tan grande y tan sano, tanto adoraba
Que lamía la mano, que le pegaba.
Pero una noche él solito
En defensa de mi hogar
En la mano de un maldito,
Ya no pudo más ladrar.
No siento los dineros que me robaron
Sino al pobre Lucero, que me mataron.
A pesar del tormento de su agonía
Su rabito contento aún se movía.
Alma de tirano, corazón de hierro.
Maldita sea la mano, que mata a un perro.
Maldita sea la mano, que mata a un perro.
2 comentarios
andrea -
Parese mentira k haya gente tan bestia...
me da mucha pena ver estas cosas.
Zuriñe -
Esa entrega de los animales a nuestro lado nos humaniza tanto, nos hace tanto bien!