Atracos solidarios.
Déjese atracar. No tiene que hacer nada, sólo dejarse atracar. No tiene nada que perder más que dinero, tarjetas de crédito, joyas y electrodomésticos. Realizará una inapreciable labor solidaria porque nada menos que el 10% de lo que recaudemos en nuestros atracos irá dirigido a los niños pobres de Guateguay. Consúltelo y verá que nadie le ofrece más ahora mismo.
Tal y como está el patio, dése cuenta de que no perderá la vida (ni siquiera resultará herido) y, al mismo tiempo, realizará una labor solidaria de extraordinario valor moral.
Además, participará en el sorteo, ante Notario, de una trampa balística en Cancún donde, si gana, se verá envuelto en una trama apasionante felizmente resuelta por el cónsul español en esa maravillosa ciudad turística, podrá disfrutar de sus magníficos complejos preventivos y, al final, será recibido en "olor" de multitudes en el aeropuerto más cercano a su domicilio que usted elija.
Sea solidario. ¿No se deja usted atracar continuamente sin conseguir nada a cambio?
Usted gana si gana, pero los niños ricos de Norumarca (digo, los pobres de Somageria), ganan siempre.
Javier Auserd.
Nota: Como saben quienes me conocen, no estoy contra la verdadera solidaridad ni contra el trabajo diario y callado de muchas Asociaciones, sino contra su utilización propagandística por parte de algunas multiONGs y de empresas como grandes superficies, televisiones, bancos y cajas, etc. La última gota la ha colmado un diario que hace un sorteo para no sé qué campaña supuestamente solidaria. Estoy hasta las narices de que usen a los niños pobres y hambrientos con fines comerciales. Estoy asqueado. Pero ¿importa lo más mínimo? A mí sí, o sea, nada.
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