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La cueva del dinosaurio

Los Magos Reyes.

Los Magos Reyes.

Detalle de la Arqueta de los Reyes Magos de la catedral de Colonia.
www.artehistoria.com/historia/obras/9324.htm


Como sabéis, yo, en estos asuntos de celebraciones católicas y religiosas en general, me dejo llevar por la erudición de Isaac Asimov en su, tantas veces citada, Guia de la Biblia. Dice Asimov sobre los Magos de Oriente:

 

<<"Magos" es traducción del griego "magoi", y ha penetrado en nuestra lengua a través del latín "magi". Esta palabra se deriva de "magu", nombre dado a los sacerdotes persas en la religión zoroástrica. (...) La historia de los magos es breve. Fueron a ver al niño Jesús, le dejaron regalos y se marcharon; pero su efecto en la leyenda es grande. En la imaginación popular, los magos se convirtieron en tres reyes e incluso tenían nombre: Melchor, Gaspar y Baltasar.
Según la leyenda medieval, Elena (madre de Constantino I, el primer emperador cristiano) llevó sus cuerpos a Constantinopla. Desde allí fueron trasladados a Milán, en Italia, y en fecha posterior a Colonia, Alemania. Se supone que están enterrados en la catedral de Colonia, de modo que a veces se les menciona como "los Tres Reyes de Colonia". (...)
Pero aunque los magos conociesen las especulaciones de los judíos en cuanto al Mesías, ¿qué les hizo elegir aquel momento para encaminarse a Jerusalén? Tenía que ser una inspiración divina y Mateo funde tal inspiración, de manera muy conveniente, en la forma de una manifestación astrológica: algo que interesaría profesionalmente al sacerdocio babilonio. (...) Pero en tiempos de Herodes, la astronomía griega seguía existiendo, aunque ya habían pasado sus días gloriosos, y una supernova se habría observado con toda seguridad tomándose nota de ello. Parece bastante improbable que no hubiese existido tal referencia y no hubiera llegado a nuestra época; por eso suele desecharse la posibilidad de una supernova. (...)
En la actualidad podemos calcular la trayectoria de una serie de cometas incluso en el tiempo pasado. Sabemos de un cometa que apareció durante el reinado de Herodes. Se trataba del cometa Halley, que hizo uno de sus regresos de cada setenta y seis años al sistema solar interior en el año 11 aC.
Cabría suponer, pues, que en las décadas siguientes a la muerte de Jesús, cuando sus discípulos recogían devotamente cualquier documentación que pudieran encontrar sobre su vida, algunos quizás recordaran la aparición de un fenómeno insólito en los cielos hacia la época de su nacimiento, ya fuera el cometa Halley o el acercamiento de Júpiter y Saturno. Los judíos no eran astrónomos (en realidad, rechazaban la astronomía porque el estudio de las estrellas en aquella época se asociaba de manera invariable y notoria con la idolatría pagana), y describirían cualquier manifestación de ese tipo diciendo simplemente que se trataba de "una estrella".
Mateo bien pudo recoger dicha historia, junto con las asociaciones milagrosas que la rodeaban, e incluirla en su evangelio.>>
(Pgs. 107, 108, 109, 111 y 112 o.c.).

 

Como ya habréis comprobado, sin duda, la cuidadosa, finísima y sutil ironía de Asimov le permite no tener que poner abiertamente en entredicho ni la doctrina ni, incluso, las tradiciones católicas ni cristianas (lo que no ocurre con sus comentarios a la Torah judía sobre la que manifiesta mucho más libremente sus opiniones científico-históricas laicas), seguramente para no tener que tener problemas con sus fanáticas jerarquías. ¿Por qué será?

Javier Auserd.

1 comentario

Hannah -

Interesante artículo, Dinosaurio. Imagino que el hecho de meterse más con lo judio que con lo otro, en cuanto a religiones se refiere, debe ser una cosa de "conocimiento" y al sedr el judio, tendrá más por la mano esa doctrina, pero es una mera especulación.
Un wentrañable abrazo
Hannah