Liliana.
Cuando ya no estemos aquí, si un día le hablan de mí a un desconocido, lo único que le pido es que sepa verme (a través de lo poco que haya sabido ir dejando por ahí disperso pero colocado) con los ojos de un corazón tierno, con los ojos de un corazón chispeante, con los ojos de un corazón vivo, con los ojos de un corazón humano. Es decir, le pido que sepa verme con ternura, con chispa, con misericordia, con humanidad. O que, de lo contrario, no me mire.
Y creo que a todos, o casi, nos gustaría algo parecido.
Digo esto, porque voy a presentaros a una mujer que ya no está entre nosotros. Se llamaba Liliana y a mí me la presentó uno de mis ciberamigos: Juan Carlos Guerrero. Y, aunque sufrió mucho (lo que, por cierto, no le dio ni le da derecho a nada), no la traigo por su excelsa calidad literaria ni nada parecido. La traigo aquí, os la presento, como un ser humano en toda la inmensa extensión de su drama, con sus dos mitades (ya sabéis: el bien y el mal, lo mejor y lo peor, lo más sublime y lo más deleznable, aciertos y errores, grandezas y miserias, etc, etc.) bien fundidas, como deben de estar esas mitades, como suelen estar esas mitades, digan lo que digan los diagnósticos técnicos. La traigo aquí, no para que admiréis su perfección lingüística, su altísima belleza idílica, su estilo depurado, su pertenencia a las élites semánticas prosódicas, prosopopéyicas y metafóricas (que con tanta razón nos insultan y regañan), sus líricos poemas impregnados por la lánguida cadencia decimonónica de los leves atardeceres color turquesa ...
No.
Os traigo a una mujer que vivió mal, que durmió mal, que se relacionaba mal con los demás y que escribía mal (no sé si por eso), pero que intentó volcar lo que sentía, como lo sentía y cuando lo sentía (como las vomitonas), sin pensar que existieran esos seres, casi nada humanos, de corazón seco y ninguna misericordia (¡ellos se lo pierden, o se lo ganan, nunca se sabe!). Os traigo a una mujer de una pieza, que lo pasó mal, se equivocó, se cayó, se levantó una y otra vez y al fin, algún ángel bueno, conmovido, consiguió que se durmiera tranquila para poder llevársela en brazos a algún otro universo más amable que tan a pulso se había ganado.
Estés donde estés, te mando un beso muy suave, Liliana, que descanses.
http://liliananaus.blogspot.com
Javier Auserd.
7 comentarios
Dinosaurio -
Se me olvidó decir que el blog de Liliana es una iniciativa de su hermano Enrique más como idea de terapia que para promocionar los poemas de Liliana. Yo sólo he puesto un poco de música porque estoy un poco harto de que se pontifique tanto la "estética" de una obra escondidos detrás de autotitulitos (?)de "críticos literarios del Universo".
Abrazos.
olvidaré el ayer... -
me emociono tu articulo,tu ternura,tu aprecio por
la escritora Liliana,que gracias a ti he conocido una persona que lucho con todas sus fuerzas para sobrevivir,que fue un ser humano en todos los aspectos,y eso me hace bien al corazón.gracias por este articulo.
tienes un grande corazón,eres sensible y noble.
un beso y un abrazo con cariño querido amigo.
Homero -
Hannah -
No sé si hay otros universos, pero este que compartimos posee todas las gamas de todo lo que conocemos, desde la más sublime bondad a la más extrema y cruel maldad; desde lo más bello a la fealdad más horrenda; etc. y, a veces, para nuestro mal, parece que los polos negativos se condensan todos en una misma persona... Que se condensen los positivos es más raro, pero también sucede. Como los bienes y las riquezas, en este universo la pauta es el mal reparto y con esas cartas tenemos que jugar la partida lo mejor posible. Desde la cuna tuvo malas cartas Liliana, y por más que intentó jugarlas lo mejor que pudo, la vida le puso un órdago final y se fue...
No sé si hay más universos, además de éste. Pero si los hay, a Liliana le tocará el mejor. No puede ser de otro modo.
Que nos recuerden según deseas que lo hagan contigo, Dinosaurio, cuando nos hayamos ido, es hermoso; seguro que a ti, pedazo de bondad, ternura y dulzura, te recordarán así -espero que tarden mucho en necesitar hacerlo- y espero que a mí, sino todos, algunos lo hagan. Pero el que así sea o no, pienso que dependerá de lo que cada uno hayamos sembrado en los demás corazones por el camino.
Y ya está, que me enrollo como una persiana y me olvido de que esto es un "comentario".
Un abrazote cálido.
Hannah
Mela -
Beso.
Sakkarah -
Gracias por traerla, por darla a conocer. En algunos que he leído, dice verdades como puños. Y es que la realidad, suele ser cruda...
Un beso.
Trini -
Por otro lado, no conocó a Lliana, voy a hacerlo ahora, pero estoy seura de que si te leyera, estaría super feliz de este post que le dedicas.
Un fuerte abrazo