La tormenta. Brassens/Krahe.
Yo tuve un gran amor durante un chaparrón
y sentí aquella vez tan profunda pasión,
que ahora el buen tiempo me da asco.
Cuando el cielo está azul no lo puedo ni ver,
que se nuble ya el sol, que se ponga a llover,
que caiga pronto otro chubasco.
Confirmando el refrán una noche de abril,
la tormenta estalló, mi vecina febril,
asustada con tanto trueno,
brincó en un santiamén del lecho en camisón
y se vino hacía mí pidiendo protección:
"Auxílieme usted, sea bueno".
"Ábrame por piedad, estoy sola y no sé
si podré resistir, mi marido se fue,
pues tiene, entre otros muchos fallos,
que en las noches así abandona el hogar
por la triste razón de que va a trabajar:
es vendedor de pararrayos".
Bendiciendo al genial Franklin por su invención
en mis brazos le di curso a su petición,
y luego el amor hizo el resto.
Mira tú que instalar pararrayos por ahí
y olvidarte poner en tu casa, ¡caray!
¡Cometiste un error funesto!
Varias horas después cuando al fin escampó,
ella se hubo de ir pero antes me citó
para la próxima tormenta.
"Mi esposo va a llegar y si en casa no estoy
se me va a resfriar. Así que ya me voy
a secarle la cornamenta".
Desde entonces jamás he dejado el balcón,
no hago más que poner la máxima atención
en cirros, cúmulos y estratos.
La menor nube gris me colma de placer,
aunque, a decir verdad, sé que no han de volver
tan torrenciales arrebatos.
A base de vender palillos de metal
su marido reunió un pingüe capital,
y se hizo multimillonario.
A vivir la llevó a un imbécil país
donde si se oye llover será porque haga pis
algún niño del vecindario.
Ojalá mi canción llegue al Sáhara aquél
a decirle que yo le seré siempre fiel,
que la llevo dentro del alma.
Y aunque sople el simún con seca realidad,
un día nos reunirá una gran tempestad
tras la que no vendrá la calma.
Esta canción de Brassens, traducida por Javier Krahe, la canta Alberto Pérez en el L.P. "La Mandrágora" de 1.981. Tampoco necesita presentación y también me gusta mucho. Su sutil ironía erótica y la perfecta construcción poética que Krahe supo adaptar al castellano hablan por sí solas de la talla de ambos poetas.
Javier Auserd.
5 comentarios
JOSE CEVA -
Dinosaurio -
Si consiguiera la versión de La Mandrágora de esta canción, os la mando en un archivo de sonido.
Gracias por venir.
Besos.
Hannah -
Paco Ibáñez también ha traducido y cantado varias canciones de Brassens; algunas casi me han gustado más que las del propio Brassens.
Recuerdas:
"...Cuando la fiesta nacional
yo me quedo en la cama igual
que la música militar
nunca me supo levantar.
En el mundo pues
no hay mayor pecado
que el de no seguir
al abanderado..."
Eran tiempoas... George Brassens y Leo Ferré, ya muertos los dos -el 29 de octubre fue el 25 aniversario de la muerte de Brassens- padres de la trova anarquista francesa; hace poco conseguí una recopilación de la obra de Brassens y Ferre en cd. ¡Qué maravilla!
Gracias por compartirlo.
Un abrazo
Hannah
Trini -
Nunca he escuchado esta canción.
Un abrazo
olvidare el ayer.... -
me caracteriza mucho esta frase;bello.
un abrazo.