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La cueva del dinosaurio

Autobiografía. Nazim Hikmet (1.902-1.963).

Autobiografía. Nazim Hikmet (1.902-1.963).

Nazim Hikmet  fue, como sabéis, uno de los más prestigiosos poetas turcos y también fue, como suele suceder a menudo en casi todas partes, uno de los más denostados en su tierra. Este poema es quizá el más conocido porque en él se describe a sí mismo con palabras sencillas que van directas al corazón. Si le encontráis un ligero regusto machista no olvidéis los tiempos que corrían y que ... nadie es perfecto.


(Escrita en Berlín Oriental el 11/9/1.961).


Nací en 1902.
Jamás he vuelto a mi ciudad natal.
No me gusta volver atrás.
A los tres años, en Halep, ejercité la profesión de nieto de Pachá,
a los diez y nueve la de estudiante de la Universidad de Moscú,
a los cuarenta y nueve otra vez en Moscú:
y desde los catorce años escribo poesías.
Hay hombres que conocen mil variedades de hierbas, otros
conocen variedades de peces,
       yo, de separaciones.
Hay hombres que saben de memoria el nombre de cada estrella,
        yo, el de las nostalgias.
He dormido en las cárceles y en los grandes hoteles.
He pasado hambre. Casi no existe plato que no haya probado
        incluido el de la huelga del hambre.
A los treinta años han querido ahorcarme,
a los cuarenta y ocho quisieron concederme la medalla de la Paz
        y me la concedieron.
A los treinta y seis, necesité seis meses para recorrer
cuatro metros cuadrados de sombrío hormigón.
A los cincuenta y nueve, en diez y ocho horas volé
desde Praga a La Habana.
En 1951, en un mar, en compañía de un amigo,
anduve sobre la muerte.
En 1952, con un corazón cascado, tendido sobre la espalda,
esperé a la muerte más de cuatro meses.
Fui locamente celoso de las mujeres a las que amé.
No le tuve ninguna envidia a nadie, ni siquiera a Charlot.
Engañé a mis mujeres.
Nunca hablé mal detrás de mis amigos.
He bebido, sin llegar nunca a borrachín.
Siempre con el sudor de mi frente
gané mi dinero ¡Qué suerte para mí!
Sentí vergüenza ajena. Mentí.
Mentí por piedad.
Pero nunca dije mentiras porque sí.
He subido en tren, en avión, en coche.
La mayoría no lo consigue.
He ido a la Ópera.
La mayoría no consigue ir
      a la mezquita, la iglesia, el templo, la sinagoga, los hechiceros;
ni siquiera ha oído hablar de la Ópera.
Sin embargo, desde los 21 años no voy
a muchos de los sitios adonde va la mayoría,
      pero suelo hecerme leer el porvenir
           en los posos del café.
Mis escritos están impresos en cuarenta idiomas
y prohibidos en mi Turquía, en mi propia lengua.
No tengo aún el cáncer,
tampoco es obligación padecerlo.
Nunca seré primer ministro o cosa perecida,
tampoco me gustaría serlo.
No fui a la guerra
pero tampoco bajé a los refugios en medio de la noche.
No me arrastré en las carreteras
huyendo de los aviones que vuelan a ras de tierra.
Cerca de los sesenta me enamoré.
En pocas palabras, amigos míos
aunque esté hoy en Berlín, muriendo de nostalgia,
      puedo afirmar
      que he vivido como un hombre.
En el tiempo que me queda por vivir
         ¿qué podrá ocurrirme aún?
           ¿Chi lo sa ?

 

Traducción de Soliman Salom, 1.970
De "Nazim Hikmet: Antología", Alberto Corazón, Editor, 1.970, Madrid.

Javier Auserd.

4 comentarios

Dinosaurio -

¡Qué poema tan vital y positivo, Jazmín!, ¿Es tuyo? Enhorabuena.
Abrazos.

jazmin -

La vida hay que vivirla
para eso dicen que es
no la malgastemos
que aún sufriendo y heridos
esa es sólo nuestra
y la mostramos tal y no al reves.
Si somos agraciados de dichas
agradecidos de verla florecer
si es de desdichas
aprendemos de ella también.
Por eso dicen que la vida
es dura y bonita a la vez
agarremonos a ella
más que por estar vivos
por aprender
que aprendiendo se es sabio
si lo sabes entender
pero si me apuras
diría que lo mejor es querer
no querer vanalidades
sino el amor
ese que te hace cometer locuras
en la vejez también.
Escribo este poema
por la vida intensa de Nazim
que para muchos quisiéramos
vivir con tal frenesí
a las duras y a las maduras
pero eso, sí es vivir.

Dinosaurio -

A mi también me alegra, Margot. Sé bienvenida con tu precioso poema de Nazim. Lo pondremos en la chimenea.
Abrazos.

Margot -

Posiblemente yo

" Posiblemente yo
mucho antes de aquel día
balanceándose mi sombra en un puente,
la abandone sobre el asfalto,
en un amanecer cualquiera.
Posiblemente yo
mucho después
de aquel día,
esté vivo
con señales de una barba blanca
apareciendo en mi barbilla afeitada.

Y yo,
mucho después
de aquel día:
si vivo todavía
me apoyaré contra las paredes
en cada esquina de las plazas de la ciudad
y tocaré
el violín en las noches de fiesta
para los viejos
que permanezcan vivos como
yo después de la última batalla.

En los alrededores
los pavimentos iluminados
de una noche perfecta ...
y los pasos
de las gentes nuevas
que cantan nuevas canciones. "

Nazim Hikmet

... Me alegra seguir coincidiendo contigo Dino, me alegra seguir commprobando que en tu blog hay un espacio de compromiso con la sensibilidad, con lo más humano.

Un abrazo, fuerte.