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La cueva del dinosaurio

El viejo Billy el niño (Maldito Pato) (III).

El viejo Billy el niño (Maldito Pato) (III).

Para leer con B.S.O., pulsad: http://www.goear.com/listen.php?v=74dd9f0
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Tres.
-No te muevas, Pat. Quédate ahí.
-¡¿Eh?!, ¡Pero …!
-Sí, Pat. He vuelto.
-No puede ser. ¡No te creo! Pero esa voz …
-Es la mía, Pat. ¿De quién quieres que sea?
-No. No es posible. Yo te maté … hace … mes y medio.
-Pues, ya ves, no me mataste bien, porque he vuelto.
-Y … ¿a qué has vuelto?
-¿De verdad hace falta que te lo diga?
-A matarme.
-Si te empeñas …
-¡No! ¡No! ¡Espera! Vamos a hablar.
-¿Y qué carajo estamos haciendo, Pat?
-Quiero decir … que me escuches … por … favor.
-Soy todo oídos.
-Debes comprender … que no me quedaba otro remedio.
-Me estás haciendo perder el tiempo … y la paciencia.
-¡Espera, espera! Ya te dije, Billy …
-No te vuelvas, Pat. No te muevas o te quito … la palabra. Así está mejor. Sigue.
-Ya te dije … aquella noche …
-Repítemelo.
-Ah, Billy, ¡eres desesperante y terco como una …! mula.
-¿Y?
-Pues … como te dije … eee … te dije que … todo había sido un error. Sí, eso es, un maldito error. Yo no quería, Billy y … como sabes … Hunter … me obligó.
- Eso no fue lo que me dijiste aquella noche, Pat. ¿Es que estás pendejo perdido, ¡carajo!? ¿Te mato ahurita mismo?
-¡No, no, Billy!, lo siento, me … confundí. Lo siento, es que … me falla la memoria y … estoy nervioso. Sí, lo reconozco. Ha sido una sorpresa volver … a … verte … oírte. Eso se lo dije … a Emiliano. Sí, eso es … a Emiliano.
-¿Porque te llamaba Pato?
-¡Sí! ¡Ja, ja, ja, ja, ja! Por eso, por eso fue.
-¡Qué mal te ríes, Pat! ¡Deja las manos quietas! ¡Tira los revólveres, anda, o te estropeo esa lata tan bonita que llevas en el pecho! ¡Por quererme engañar!
-¡No, no, Billy, no! Ya me quito la canana, ¿ves? Y la tiro al suelo, ¿ves?
-¡No te vuelvas!
-Pero ¿qué más te da que hablemos cara a cara?
-¡He dicho que no te vuelvas!
-Bien, bien, no me vuelvo. Es que … se me va la cabeza, Billy y … con la sorpresa de … volver a … verte. (Bueno, verte, lo que se dice verte …). No me lo esperaba, la verdad, Billy … compréndelo.
-Te voy a coser a balazos, Pat. Y luego te voy a dejar sin enterrar … para que te coman los coyotes, ¿okey?
-No, no, Billy …, por favor.
-¿Tienes miedo, Pat? ¿Ahora que sabes lo que se siente … segundos antes de morir?
-Está bien, Billy, está bien. Ya me calmo. Me vas a matar de todos modos, pero antes … voy a volverme para verte. Porque no puedes ser tú. Es un truco. Tiene que serlo.
-¿Ah, sí? Y entonces, si no soy yo, ¿quién soy, Pat?
-Eres … eres … ¡No sé quién carajo eres, Billy! Pero no eres tú, no puedes ser tú …, aunque la voz sea la tuya.
-Está bien, Pat. Vuélvete para que puedas verme … antes de irte.
-¡Pero … pero … si eres … tú! ¡No es posible! Aunque … ¡estás algo más alto! ¡Has crecido! ¡¿Cómo es posible?!
-Es que la muerte estira, Pat. Tú también crecerás. Seguro. Adiós, Pat, quiero decir … hasta ahurita.
-¡¿Ahurita?! ¡Pero, ¿cómo he podido ser tan idiota?! ¡Eres …!
-Adiós, Pat – dijo Lolita con su voz verdadera, mientras disparaba.

Cuando Pat cayó junto a la tumba abierta de Billy ya estaba muerto. Había reconocido a Lolita en el último segundo pero no le sirvió de nada. En su intento entre coger un revólver de su canana, a unos pasos de él, tirada en el suelo, o sacar el cuchillo que llevaba en una de sus botas, dudó. Y esa duda le costó la vida.
Con ayuda de sus primos, Lolita despojó a Pat de sus ropas, estrella de chapa incluida, le metió en el féretro de Billy, descendieron la caja al fondo de la fosa y la volvieron a cubrir de tierra. Recogieron todo: ropas, capote, botas, canana …  Vistieron a Billy con las cosas de Pat y le subieron a su caballo al que llamaron con el silbido que usaba Pat para llamarlo. Luego, Lolita, tiró la estrella de Pat sobre la tumba de Billy y echaron a andar cruzando la frontera hacia Méjico.


Entre las muchas leyendas que circulan todavía por aquellas tierras está la que sostiene que Pat, arrepentido, tiro su estrella de hojalata de sheriff de Lincoln sobre la tumba de Billy y se fue a California a disfrutar su recompensa.

(terminará ...)

© Javier Auserd.

3 comentarios

Dinosaurio -

Hola Hannah y Sak, me alegra leeros. Ya está a punto de terminar este breve relato.
Hay quien dice que la venganza es lo que mueve al mundo. Es una tesis muy reduccionista, pero en muchas más ocasiones de las que creemos es cierta.
Besos.

Sakkarah -

Vaya...Se vengó bien.

Pobre Pat, al final todo el mundo es cobarde...

Un beso.

Hannah -

Ya se dice que el final de la duda es el reposo del guerrero... Una sorpresa lo de Lolita, y es que el miedo entorpece las neuronas y crea sordera selectiva.
Interesante relato.
Un abrazo
Hannah