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La cueva del dinosaurio

Consecuencias (microrelato de política-ficción).

Consecuencias (microrelato de política-ficción).

El Cid Campeador.
http://web.jet.es/vliz/indice.htm

-Escuche, señoría, yo le juro, por mi honor, que tengo un tebeo que dice, clarísimamente, que el I.R.A. mató a Julio Cesar.
-Pero mire usted, señor de Vivar, si yo le creo. Yo soy conservador, como usted, pero tiene usted que aportarme alguna prueba porque, de lo contrario, me quedo sin trabajo y ¿quién va luego a dar de comer a mi familia, su fuente secreta?
-Ya, señoría, si yo le comprendo y me gustaría mucho ayudarle y acceder a su noble y educada petición, señoría, pero es que si desvelo mi fuente, la mandan a 2P2, en Andrómeda y además, le tienen pinchada su pizza y, lo mismo le confiscan el móvil y le castigan sin Internet. ¿Qué puedo hacer?
-Pero mire usted, mío Cid, ¿no comprende que si le hago caso, así sin más, tendría que anular el proceso, liberar a todos los imputados e, incluso, indemnizar, encima, a los que reclamen al Estado, que, visto el morro que tienen, serían todos? ¿No comprende usted a qué consecuencias monstruosas conduciría creerle sin pruebas y hacer caso a sus afirmaciones?
-Ya, señoría, pero debe usted creerme, palabrita del niño Jesús, yo le juro a usted por lo más sagrado que me han chivado también que Clemente V era una señora disfrazada y también me dicen que Buda sufría de hemorroides ...
-Señor Campeador, me está empezando ya a cargar usted, ¿eh? Le repito que soy tan o más conservador que usted y que me gustaría que el Real Madrid siguiera ganando Ligas y que volviera a reinar el Sha de Persia, pero, de momento, le requiero, por última vez, a que aporte usted alguna prueba que me permita salvar el culo o tendré que procesarle por desobediencia.
-Me gustaría, señoría, revelarle la fuente, pero tendrá usted que conformarse con creerme como tendría que creer a Aznar, a un abogado, a un periodista del riñón, a un fraile del Císter o a un seleccionador nacional. Mi fuente es segura, y si no temiera represalias tan terribles como obligarle a llevar los mismos calzoncillos dos días seguidos, él mismo se presentaría aquí a enseñarle sus gayumbos.
-Estimado don Rodrigo, ya me ha hinchado usted los ... las ... narices. Estamos en el planeta Tierra, en el siglo XXI, en Europa y nuestra justicia, aunque no sea la octava maravilla, exige pruebas y no chismorreos. El hecho de que usted sea tonto y se crea hasta los tebeos de los Apóstoles de Yahvé y el Selecciones del Reader's Digest, no significa que me quede yo con las vergüenzas al aire, sin curro y siendo el hazmerreír de la profesión, que bastante jodida estaba ya, antes de que usted llegara a tocarme los ... las ... susodichas ud supra. De manera, que le pongo cien mil ... bueno, sólo mil euros de multa, que me los voy a gastar en tila, le proceso por desobediencia (antes desacato) y no le pongo unas orejeras de burro y con los brazos en cruz porque pongo en su conocimiento que eso ya no se lleva. ¡Vaya usted con Dios, (¡jobar, ya!) y luego a un psiquiatra!

Javier Auserd.

2 comentarios

Dinosaurio -

Sí, el pobre don Rodrigo que descanse en paz ya.
Abrazos.

Respirando -

Menos mal que Don Rodrigo no piensa ni en levantar la cabeza...

La tila que sea alpina. Más que nada porque está lejos.

Me gusta tu blog.

Saludo.