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La cueva del dinosaurio

Un sueño macabro.

Un sueño macabro.

Claude Monet. 

Últimamente sueño que vivimos debajo de un puente ... y me despierto llorando.
Hemos perdido todo: la pensión, la casa por falta de pago del alquiler, los muebles, los electrodomésticos, los teléfonos, la ropa, los gatos, el conejo, los muñecos, el ordenador ... todo ... menos la vida, aunque no sé para qué la queremos (¿quizás para seguir sufriendo hasta extremos atroces?).
Entonces entiendo lo que les pasa a la mayoría de los inmigrantes. Sólo que nosotros, en mi sueño, ni siquiera podemos ser inmigrantes porque no tenemos a dónde ir.
Me despierto llorando.
No es justo. No es justo vernos sin nada después de haber luchado tanto, aunque no por cosas materiales (quizás por eso nos vemos así, en mi sueño). Entonces me pregunto: ¿es mentira todo? Todo lo que nos enseñaron los curas y los maestros atrapados en la Falange, ¿era mentira?, ¿es mentira?, ¿sólo es verdad la ley de la jungla más abyecta?
Me despierto llorando. Y me contesto que sí. Sí a todo. Como en un macabro test infernal: sí a todo.
¿Es mentira que exista la justicia en este mundo?: Sí.
La bondad, la belleza, el bien, el honor, la honestidad, la honradez, la nobleza, la solidaridad, la paz, la tolerancia ... ¿son un espejismo?: Sí.
Sí a todo.
Me despierto llorando.
Al conejo (otro de nuestros queridos refugiados) le apedrearon unos gamberros (los gatos huyeron entonces, despavoridos), luego nos apalearon a nosotros. Sin amigos, sin dinero, sin casa, sin cobertura social, sin salud, sin tarjetas, sin móviles ... no se es nada en este primer mundo y tampoco en ningún primer inframundo: tampoco se es nada. Nuestros hijos, no sé qué habrá sido de ellos. No tenemos familia y no podemos movernos.
Me despierto llorando. Pero ¿qué soluciono con eso? Si un día mi pesadilla se hace realidad, ¿qué soluciono con eso?
Me digo que no debo ser tan pesimista, tan amargo, tan negativo.
De acuerdo, no lo seré.
Y sin embargo, lo más aterrador de mi sueño es que es perfectamente verosímil, perfectamente factible en este mundo (espejismo, espejo, reflejo, clon de otro mismo mundo contrario poblado de vileza y de mentiras o, a veces, muchas veces, ni siquiera contrario, sino coexistente).
Me despierto llorando ... de terror ante una posibilidad que, al tiempo, es realidad para muchos otros seres ... ¿humanos?, ¿infrahumanos?, ¿inhumanos?
Y, entonces, ante eso, ¿qué soluciono llorando?
Me despierto llorando y comienzo una lenta plegaria egoista y terrible que dice así: "Haz, Señor, que nunca nos pase eso a nosotros". Pero no estoy seguro de que Señor me oiga y atienda mi súplica. No sería el primero ... ni el último.

Javier Auserd.

5 comentarios

Dinosaurio -

Ese es el quid, Trini, precisamente. Y ¿no es terrible?

Trini -

Y yo pregunto - Y qué eres tú más que otros para que Dios en esto te escuche a ti si ha dejado de oir a tantos?

PD: No va por ti, ya sé que es un texto y has escrito de esto como podrías haberlo hecho de otra cosa. Pero una vez me hice a mi misma esa pregunta...


Besos

Dinosaurio -

Lo sé, Gata, y, créeme que no he querido causarte dolor, pero, como dices, es una realidad más cercana de lo que creemos y que a todos nos hiere (o debería), porque las cosas les pasan siempre a los demás ... hasta que nos pasan a nosotros. Pero lo más angustioso de todo es que no sabemos qué hacer para paliar esta lacra a la que todos estamos expuestos. Ahora es la maldición del neoultraliberalismo (o llámalo como quieras) aunque siempre ha existido.
Como sabes, Lee, la vida es uno de los lugares más injustos que conozco.
Ojalá llegase pronto un tiempo en que todo esto fueran simples sueños irreales e imposibles para todos.
Saludos.

Gatopardo -

Entre los sin techo hay un gran porcentaje de antiguos ejecutivos que a partir de los 45 años dejaron se vieron en la calle: primero pidieron préstamos hipotecando la casa, luego se quedaron sin ella y se fueron a una de alquiler, que no pudieron pagar... y como comprenderás...
En cada pueblo les ofrecen como máximo una estancia de tres días en el albergue para transeuntes, y un billete para el siguiente pueblo: hay cientos de miles que recorren España sin permiso para quedarse más de 72 horas, que no logran arraigar en ningún sitio lo suficiente como para encontrar un trabajo: ¿quién ofrecería uno a un sin techo? ¿Adónde dormiría, comería y se ducharía hasta que lograra cobrar el primer sueldo? ¿Qué supermercado le fiaría? ¿Qué pensión sería tan barata como para pagarla con el salario mínimo al que puede aspirar?
A veces creo que conocer la realidad es una maldición para la mente; pero ¡cómo desprecio a quienes se niegan a enterarse!
Un abrazo entrañable, aunque me has dado dónde duele.

LeeTamargo -

...Cuando creíamos estar trabajando por la libertad y la honestidad es dura lección ir aprendiendo que no estamos libres. Un sueño posible, tal vez una premonición o un aviso...
SALUDANDO: LeeTamargo.-